La pesca argentina, considerada un motor estratégico para la economía nacional, atraviesa una crisis industrial y laboral de magnitud sin precedentes. Según el diputado nacional Gustavo Pulti, actualmente 113 buques congeladores de langostino permanecen amarrados en los puertos argentinos, sin salir a faenar. Esto representa una paralización total de la actividad que pone en riesgo empleos y divisas.
“La situación es alarmante. Estos buques no generan ingresos ni sostienen empleo, lo que podría traducirse en una pérdida anual de hasta 600 millones de dólares para el país”, advirtió Pulti en su reciente comunicado, donde además comparó la crisis con el colapso productivo ocurrido durante la llamada “tablita” de Martínez de Hoz en la década del 80.
El legislador explicó las causas principales del conflicto:
- La caída del precio internacional del langostino.
- El aumento desmedido de costos internos, como combustibles, energía, frío industrial, logística y fletes.
- La carga impositiva creciente, con altos impuestos, retenciones y derechos de captura.
- Un dólar subvaluado, lo que afecta negativamente a una actividad orientada exclusivamente a la exportación.
Pulti responsabilizó directamente a la política económica del gobierno nacional, que según él, ha llevado al sector a una rentabilidad negativa y a una situación insostenible. “No es una crisis inevitable, sino el resultado de decisiones políticas equivocadas”, afirmó.
Por eso, reclamó al Ejecutivo medidas urgentes para revertir la situación:
- Eliminar las retenciones a la exportación.
- Reducir impuestos nacionales sobre materias primas e insumos productivos.
- Crear condiciones que permitan la viabilidad de la pesca, siguiendo los ejemplos de países competidores y compradores.
Finalmente, el diputado remarcó que la pesca es una concesión del Estado y que este debe garantizar que la actividad sea sustentable, rentable y que proteja el trabajo argentino. “En Argentina no hay desarrollo sin industria, no hay industria sin condiciones, y no hay condiciones sin políticas económicas que estén al servicio de la producción nacional”, concluyó.
