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lunes, diciembre 8, 2025

Cristina Kirchner y Axel Kicillof retoman el diálogo: se abre una mesa política para negociar listas y buscar la unidad del peronismo

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En una jugada clave para la reconfiguración del peronismo bonaerense, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Axel Kicillof se reunieron el jueves por la tarde con el objetivo de encauzar la tensa interna del Partido Justicialista. El encuentro, que se venía gestando desde principios de semana, culminó con la decisión de conformar una mesa de negociación entre ambos espacios para discutir la integración de listas de cara a las elecciones legislativas del 7 de septiembre.

Reencuentro después del silencio

La reunión fue breve pero significativa. Se produjo tras meses de distanciamiento entre ambos dirigentes, marcado por tensiones internas en la coalición y diferencias respecto a la estrategia electoral. El acercamiento se inició con un llamado telefónico el martes pasado, luego del anuncio de la candidatura de Cristina Kirchner como cabeza de lista por la tercera sección electoral. La llamada, según fuentes cercanas al Instituto Patria, fue breve y cordial, pero alcanzó para coordinar un cara a cara que ahora reactiva el tablero político del PJ.

Según relató el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, en una entrevista televisiva, “el objetivo del diálogo fue empezar a conversar sobre una posible unidad del peronismo en la provincia, para enfrentar a La Libertad Avanza y al PRO, que se preparan para ir en alianza”. Sujarchuk anticipó que “va a haber lista de unidad” y adelantó que en los próximos días habrá nuevos encuentros para definir los detalles.

Una mesa para negociar sin Cristina ni Axel directamente

La concreción de una mesa de negociación es, en sí misma, un gesto político. No estarán Cristina ni Kicillof en la trinchera de la letra chica, pero sí sus emisarios más cercanos. Como es habitual en el peronismo, los tiempos se estiran hasta el filo del cierre de listas, momento en que los líderes suelen intervenir para destrabar los nudos más duros. Este primer paso busca evitar que la unidad quede solo en el discurso y se traduzca en una arquitectura electoral viable.

Kicillof impulsa el reconocimiento formal de su espacio, el Movimiento Derecho al Futuro, así como de los más de 40 intendentes bonaerenses que lo respaldan, muchos de ellos jefes comunales de distritos clave del conurbano. La jugada del gobernador es ambiciosa: quiere renegociar el esquema de reparto de lugares que rigió en 2023. “Si aquel año fue 50% para Cristina, 25% para Axel y 25% para Massa, ahora el gobernador aspira a un tercio para cada uno”, deslizó una fuente que participó del encuentro.

La Matanza, un capítulo aparte

Uno de los puntos más sensibles de la negociación será el rol de Fernando Espinoza, intendente de La Matanza. El distrito con mayor caudal de votos peronistas es una pieza central en cualquier armado bonaerense. La duda que sobrevuela es si Cristina volverá a caminar esa sección, como lo hizo en ocasiones anteriores, sin coordinar con Espinoza. Para Kicillof, dejar de respaldar a los intendentes en esa zona implicaría perder fuerza en la negociación de las listas para los Concejos Deliberantes.

El equilibrio es frágil. Cristina y Máximo Kirchner tienen el control formal de las juntas electorales del PJ nacional y bonaerense, un poder clave a la hora de validar listas. Pero Kicillof sostiene un músculo político que, en caso de una ruptura, podría dejarlo debilitado en la Legislatura provincial, donde necesita votos para endeudarse, aprobar presupuestos y designar funcionarios judiciales. La gobernabilidad de lo que queda hasta 2027 también está en juego.

Un lunes con definiciones

El próximo lunes, Axel Kicillof reunirá a los intendentes de su espacio para ponerlos al tanto del nuevo escenario. La decisión de abrir una instancia de diálogo con la conducción kirchnerista nacional busca encaminar una unidad que, aunque aún lejana, ya no parece imposible.

El camino hacia septiembre es corto y estará marcado por intensas negociaciones. El peronismo bonaerense se enfrenta al desafío de reorganizarse en un contexto adverso, con un Javier Milei que apuesta a consolidar poder territorial con el respaldo del PRO, y con una sociedad que sigue mirando con escepticismo a la dirigencia tradicional.

Si la unidad llega, no será sin tensiones. Pero en un año sin elecciones presidenciales, y con el horizonte puesto en resistir el avance libertario, Cristina y Kicillof parecen haber entendido que el tiempo del desencuentro se agotó. Ahora, comienza el tiempo de las decisiones.

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